sábado, 15 de diciembre de 2012

Capítulo 5


Mira el reloj. Todavía son las cinco y media de la madrugada. Nora ha sido incapaz de dormir más de media hora seguida en toda la noche. No deja de pensar en Marcos y en la conversación que tuvieron por la tarde. Corta, pero capaz de sacar a la luz sentimientos que ya parecían totalmente sepultados por el odio y el rencor.
Solo el hecho de pensar que han quedado y que en apenas doce horas y media le va a volver a ver la come por dentro. No sabe lo que sucederá. No quiere perderle, pero por otra parte no quiere volver a saber nada de él.
El dolor de cabeza aumenta, piensa en mandarle un Whatsapp diciéndole que no puede quedar porque operan a su tía, está mala o se va a Madrid. Miles de escusas rondan por su cabeza, pero quiere verle.
Siente que la cabeza le va a estallar. Pensaba que todo lo tenía superado, por fin. Que después de un mes de lucha constante esa historia formaba ya parte de un pasado al que nunca querría mirar. Le pidió tiempo pensando que nunca acabaría, pero tras un mes tan solo le quedan unas horas para dar explicaciones de una decisión que todavía no ha tomado.
Esconde la cabeza debajo de la almohada. Un par de horitas de sueño no le vendrían nada mal. Intenta dejar la mente en blanco pero no puede dejar de recordar.

~Un mes antes~
Marcos besa a Nora en la mejilla mientras se hace una foto. Esta le mira. Esos ojos azules la vuelven loca. Y es que Marcos, además de ser el chico perfecto, es guapísimo. 1.80, rubio, cuerpo atlético y esos ojos azules… No tiene palabras para describir lo que siente cada vez que los mira, sólo sabe que fue en lo primero en lo que se fijó la primera vez que le vio. Y desde ese día ha estado locamente enamorada de él.
Es perfecto. La cuida, es detallista y siempre la trata genial. Sólo tiene ojos para ella.
-Te quiero- susurra Nora en su oído.
-Yo más- contesta Marcos sonriéndola-. Eres lo mejor que me ha pasado nunca.
Marcos acerca su rostro aun más al de Nora. Los dos cierran los ojos. Sus labios están a punto de rozarse cuando suena el timbre.
-Tranquilo, ya voy yo- dice Nora tirándole en la cama y sacándole la lengua.
Marcos se queda mirándola salir por la puerta sonriente.
Nora baja las escaleras corriendo. Vaya un momento más inoportuno para que alguien llame al timbre. Abre la puerta y se encuentra con una chica más o menos de su altura, rubia y bastante delgada.
-Hola- saluda Nora intentando resultar amable, pero lo cierto es que no tiene ni idea de quién puede ser esa chica que está ahora en su puerta-. ¿Querías algo?
-Buenas, sí. Venía a ver si podía encontrar a Marcos. Él me dijo que estaría aquí toda la tarde. Tú debes ser su prima, ¿me equivoco?
Nora la mira aturdida. ¿Quién es esa chica? Y lo que más le llama la atención, ¿por qué Marcos le ha dicho que es su prima?
-Pues yo…- comienza a decir Nora.
En ese momento llega Marcos, que ha ido corriendo al escuchar esa voz.
-Hola Carla. ¿Cómo tú por aquí?
-¡Hola Marcos!- exclama Carla con una enorme sonrisa- Pues nada, que estaba en la casa de mis tíos y he decidido hacerte una visita. Hacía muchísimo que no te veía.
Nora no dice nada, solo observa. No le gusta nada la reacción que ha tenido la chica al verle. Odia ser celosa, pero por su cabeza empiezan a pasar posibles explicaciones y cada una le gusta menos que la anterior.
-Sí, bueno discúlpame, pero ahora mismo estoy muy ocupado. Ya hablaremos luego, ¿vale?- contesta Marcos, nervioso.
-Vale, tranquilo- dice la chica sonriendo-. Un placer- añade mirando a Nora.
-Igualmente- susurra ella, perpleja.
Marcos cierra la puerta y mira a Nora.
-¿Desde cuándo se supone que soy tu prima?- pregunta Nora alterada.
-¿Cómo? ¿Mi prima? Seguro que la has entendido mal- contesta Marcos sonriéndola.
-La he entendido perfectamente. Joder Marcos no te hagas el tonto y dame una explicación lógica si no quieres que me haga yo mi propia idea.
-Tranquila mi amor. Quizá se ha confundido ella. Sabe perfectamente que eres mi novia y que vives aquí, pero recuerda que mi verdadera prima vive a tan solo un par de calles y la chica se habrá confundido. De verdad no te preocupes y confía en mí. Sabes que te quiero más que a nada- explica Marcos mirándola a los ojos.
A Nora no le resulta muy creíble, pero parece tan sincero… Igual le está diciendo la verdad. Además, es imposible resistirse a esa mirada que le quita el aliento. Le quiere y le cree. Marcos la besa tiernamente.
~

 Nora se siente como una verdadera estúpida. Una lágrima recorre su rostro. No debió creerle. A partir de ese día estuvo más atenta. Y una vez no le quedó más remedio que leer sus whatsapp con Carla. Demasiado buen rollo. Muchos “te quiero” fuera de lugar.
Hasta que un día leyó que iban a quedar y decidió salir de dudas y espiarle, por muy desesperado que sonara.
Y allí se vio ella, detrás de un árbol mirándolos. Nada extraño ni fuera de lugar, se sentía como una verdadera imbécil pero, cuando estaba decidida a irse y dejar todo como una tonta anécdota descubrió lo que llevaba sospechando ya dos semanas. Parecía imposible pero era cierto. Marcos besó a Carla y esta le correspondió con otro beso aun más apasionado.
Nora salió corriendo con la cara llena de lágrimas y desde entonces no volvió a hablar con él salvo para pedirle un tiempo pero sin ninguna explicación que en pocas horas tendría que dar.
Con este recuerdo se queda dormida, pero en sus sueños no dejan de aparecer una y otra vez las mismas imágenes que la llevan atormentando un mes.

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